El comodato es un contrato por el cual una persona (“comodante”) le presta a otra (“comodatario”) una cosa (por ejemplo, un inmueble) de manera gratuita.

El comodatario debe utilizar la cosa prestada de acuerdo al uso convenido. Los gastos ordinarios (comunes) de la cosa están a su cargo, debiendo conservarla con prudencia y devolverla en el plazo acordado (de no haber sido pactado el plazo, el comodante puede reclamar la restitución en cualquier momento). El comodatario responde por la pérdida o deterioro de la cosa.

El comodato es frecuente en casos de compraventa de inmuebles en los que el vendedor precisa quedarse algunos días más en la casa o departamento que está vendiendo, ya que necesita remodelar, arreglar o pintar la propiedad donde se mudará.

Se recomienda plantear esto desde el comienzo de la negociación. En algunos casos, el comprador (y comodante) retiene dinero del precio que paga al vendedor como garantía de que este le entregue el inmueble en el plazo y las condiciones pactados. Es conveniente certificar las firmas del comodatario en el contrato respectivo.

Normalmente el comodato se realiza por instrumento privado, aunque puede incluirse en el texto de la escritura de compraventa.